Si bien el 2023 ha sido un año muy difícil para la inversión privada en el Perú, reportando una caída de -0.4%, las expectativas para el próximo año serán mucho peor, según dio a conocer el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), que proyecta una caída del -7.3%.
De acuerdo a Julio Velarde, presidente del BCRP, en el último reporte de proyecciones de la autoridad monetaria, esta situación se debe a los conflictos sociales y fenómenos climáticos como Yaku y El Niño Costero, que han afectado los ingresos y la confianza del sector privado, así como la demanda interna.
Cabe mencionar que la inversión privada representa el 80% del total y es el principal impulsor del Producto Bruto Interno (PBI). En el periodo acumulado de enero a septiembre, la inversión disminuyó un 8,9%, marcando cinco trimestres consecutivos en terreno negativo.
Más datos negativos
La proyectada tasa del -7,3% para la inversión privada sería la cuarta peor desde 1999 (-15,2%) o la mayor desde 2009 (-8,8%), excluyendo el periodo de pandemia cuando cayó -16,5%, según datos del BCRP recopilados por el economista Juan Carlos Odar.
A pesar de que la situación parece sombría, Julio Velarde señala que existe interés a pesar de los desafíos. Se espera que algunos proyectos retrasados se materialicen, incluyendo expansiones mineras. Se prevé que hasta 2025, la inversión privada se incrementará gracias a proyectos mineros como la Fase II de la Ampliación de Toromocho y la construcción de Reposición de Antamina, Zafranal y Corani.
Además, en la inversión no minera, se destacan obras en el aeropuerto internacional Jorge Chávez, el megapuerto de Chancay y los avances en la Línea 2 del Metro de Lima.
Por ello sostienen que es de vital urgencia recuperar la confianza mediante decisiones claras y señales consistentes, a fin de reactivar la inversión y, con ello, “volver a la senda de mayor crecimiento económico, más empleo y reducción de la pobreza”.