Hace algunos días, China anunció una muy buena noticia: el oso panda dejó de ser un animal en peligro de extinción. Esta información se dio luego de asegurar que ahora existen unos 1.800 ejemplares en libertad. Pero, ¿cómo lo han logrado?
Según un reportaje de la BBC, el éxito de este proyecto chino se debe a la repoblación de los bosques de bambú en grandes cantidades, que es el principal alimento de los osos panda, en concreto el 99% de su dieta. Es decir, se estima que un panda adulto debe ingerir entre 12 y 38 kilogramos de bambú al día para satisfacer sus necesidades.
«Se trata de restaurar los hábitats. El mero hecho de restaurar el hábitat del panda les ha devuelto su espacio y les ha proporcionado alimento», dijo Craig Hilton-Taylor, director de la Lista Roja de la UICN.
«Hay que recuperar el bambú y poco a poco el número de pandas empezará a recuperarse», añadió Hilton-Taylor. También se congratula la asociación WWF, que precisamente tiene un panda como logotipo.
Por su parte, Ginette Hemley, vicepresidenta senior de conservación de la vida silvestre de la WWF, resaltó el trabajo del país asiático, ya sea «invirtiendo en los hábitats del panda, ampliando y creando nuevas reservas. Son un maravilloso ejemplo de lo que puede ocurrir cuando un gobierno se compromete con la conservación», dijo.
Sin embargo, las dificultades no han terminado. «Con el cambio climático, va a hacer demasiado calor para que el bambú crezca. Los pandas dependen mucho del bambú para alimentarse y la pérdida de este no vuelve la situación muy prometedora para ellos», explicó Hilton-Taylor.