Luego de que el ministro de Agricultura, Ángel Manero, generara polémica en la opinión pública al negar la grave crisis alimentaria que enfrenta el Perú y posteriormente justificara sus palabras al indicar que Perú es la “capital de la gastronomía mundial” y que el problema del hambre es algo que afecta a un segmento reducido de la población, un dato del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) evidenció que lo dicho por titular del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri) no se ajusta a la realidad, puesto que casi dos millones de peruanos sobreviven con menos de S/ 251 al mes, cantidad insuficiente para cubrir una canasta básica de alimentos.
Según un análisis de Infobae, el número de personas en esta condición de extrema vulnerabilidad creció del 5,0% al 5,7% en el último año, es decir, 1 millón 922 mil personas, superando los niveles registrados durante la pandemia de Coronavirus, situación que reflejaba una crisis profunda.
Además, la evidencia estadística mostró que en los últimos cuatro años, el número de personas viviendo en condiciones de pobreza extrema aumentó en 991 mil individuos desde 2019. La medición de pobreza monetaria y extrema en el Perú se basa en el gasto de las personas, pues este indicador se aproxima a la cuantificación de los niveles de vida a partir de lo que las familias consumen y adquieren.
Hablan las cifras
Durante el 2023, cuatro regiones presentaron una incidencia de pobreza superior al 40%. Cajamarca encabezó la lista, con un 44.5% de sus ciudadanos en situación de pobreza. Le siguen Loreto con 43.5%, Pasco con 41.7%, y Puno con 41.6%, lo que reflejan las desigualdades regionales en un país donde la riqueza se concentra en áreas urbanas y las zonas rurales enfrentan mayores desafíos.
Por otra parte, la FAO presentó recientemente un informe sobre la situación alimentaria en América Latina. Entre 2021 y 2023, la prevalencia de inseguridad alimentaria moderada o severa en la región alcanzó el 29.0%, afectando a 126 millones de personas. Perú destaca como uno de los países con mayor incidencia, donde el 51.7% de la población enfrenta inseguridad alimentaria en diversos grados, lo que equivale a aproximadamente 17.6 millones de personas.
Aunque el ministro rechazó la idea de pedir disculpas por sus afirmaciones, argumentando que “se me entendió mal” e intentar minimizar la gravedad del problema, las cifras revelan una crisis alimentaria que afecta a millones de peruanos, especialmente en las zonas más pobres y remotas del país. Sus palabras reflejan una desconexión entre la percepción oficial y la realidad que enfrentan miles de familias peruanas diariamente.